lunes, 1 de diciembre de 2008

Vaselina - ¡Insulto a la crinolina! (Parte 1)

Y después de varios meses de anunciado, llegó por fin el tan esperado estreno de Vaselina, presentada por alumnos del Tecnológico de Monterrey, Campus Ciudad de México. Y así como llegó, se fue, dejando únicamente un mal sabor de boca a los fanáticos no sólo de los musicales, sino de una de las obras más representativas de este género.

Se dice que lo que mal comienza, mal termina, y la segunda función del viernes 28 de noviembre no fue la excepción a la regla. Si bien mi crítica es relativa únicamente a esta función, sé de buena fuente que no hubo gran diferencia en el resto de las funciones. Y aunque contaba con boletos también para la última, vergüenza me dio llevar a mis invitados a presenciar un espectáculo de mediana calidad, por lo que preferí llevarlos a escuchar el coro de la misa dominical.

Todo comienza con la hora: 21:30 hrs. Aquí en México, se insiste en la impuntualidad, creyéndose los dueños del tiempo de uno. ¿Por qué no abrir las puertas del teatro al diez para las diez? Yo sé que había una función antes, pero entonces lo que se hace es marcar como hora de comienzo las 22:00 hrs. Evidentemente con dicho retraso, la función terminó cerca de la una de la mañana.

Todos a sus puestos, tercera llamada... ¡Comenzamos! La banda comienza a tocar, y como en montajes anteriores, se escucha bastante bien. Todo pareciera indicar que la espera había valido la pena... gran equivocación. Lo primero que uno alcanza a percibir es una escenografía inicial sencilla (lo cual es entendible en una producción escolar y puede cambiar durante el transcurso de la obra). Lo segundo, un vestuario pobre, que no reflejaba en su totalidad la moda de la época. Los jeans de los personajes masculinos principales, no sólo con un estilo totalmente inadecuado, sino que también eran de algunas tallas extras, haciéndolos ver torpes y con sobrepeso (lo cual no necesariamente era una ilusión óptica causada por los pantalones). ¡En una obra como esta, el vestuario es algo fundamental!

Continúo con los números musicales, aspecto más que importante en teatro musical. ¿Las coreografías? Bien montadas, mal ejecutadas. En más de uno de los números, la precisión dejó mucho que desear. Tanto algunos de los personajes principales, como algunos de los bailarines hicieron evidente su falta de coordinación (o tal vez falta de concentración únicamente). Visibles fueron los pasos a destiempo que no iban de acuerdo al beat de la música, así como pasos a la inversa (mientras todos giran a la derecha, no faltó aquél que giró a la izquierda). ¿Las voces? (Sin considerar por lo pronto los problemas de sonido.) Ni muy muy, ni tan tan. Grises en su mayoría, con las siguientes excepciones: Ángel, buena voz, aunque se vio opacado por el error que comentaré más adelante. Sandy, Sonia y Licha… Felicidades a las tres, buenas voces y buenas intérpretes, llenando el escenario como debe de ser. Memo con un timbre particularmente lindo, es un hecho que no tiene la gran voz, sin embargo, se disfrutaba mucho el escucharlo cantar, muy bien en las armonías. Aún con estas excepciones tengo que decir que el montaje de voces fue bastante llano, nada sorprendente. Se notó a leguas la ausencia del Maestro Beto Castillo.

El día de mañana continuaré con la crítica, porque aún queda mucho que decir.

No hay comentarios: